LA CASA DE ENFRENTE

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La casa de enfrente, la vecina del fondo, la panadería de la otra cuadra, los de la esquina…

Son pequeños universos que extienden sus redes casi invisibles hacia mí y me remiten una y otra vez  a esas paredes  en las que el tiempo y el abandono han hecho un buen trabajo.

 

El recuerdo de historias improbables, de olores y colores, de juegos y héroes infantiles, me vuelve a ubicar en lugares, que veo desgajarse en miles de escombros sobre las veredas y los patios interiores.

 

La  mirada penetra en la casa a través de la única puerta que todavía se sostiene: mi cámara de fotos.

Se filtra por el interior de las habitaciones desnudas, tropieza con restos de mampostería, con caños retorcidos y con una escalera que apenas se mantiene…, dejando a la intemperie momentos cotidianamente sublimes y  empujando a  los recuerdos, a vagabundear sin pudor por el resto del vecindario.